- Falta de esfuerzo físico sobre los huesos por inactividad.
•Mala nutrición que no permite suficiente
matriz, por falta de proteínas.
•Carencia de secreción estrogénica
posmenopáusica, ya que los estrógenos estimulan la actividad osteoblástica.
•Edad avanzada en la cual la hormona de
crecimiento y otros factores de este disminuyen mucho. Además, varias de las
funciones anabólicas de las proteínas se encuentran reducidas de modo que no
hay depósito satisfactorio de matriz ósea.
·
Envejecimiento: la edad
avanzada, por sí misma, produce una disminución en la cantidad del hueso, por
lo que cualquier persona puede padecerla. El riesgo es mayor a partir de los 50
años.
·
Factores genéticos: existen
genes relacionados con el desarrollo de la masa ósea, por lo que la incidencia
de la enfermedad es mayor en aquellas personas cuyos familiares directos tienen
historia previa de fracturas (padres o abuelos).
·
Dieta pobre en calcio: el
calcio es un alimento fundamental en la formación del hueso. Se encuentra sobre
todo en la leche y derivados lácteos como quesos, yogures, etcétera, y también en otros alimentos como pescado
azul y frutos secos.
·
Las mujeres tienen un
riesgo cuatro veces mayor que los hombres de desarrollar osteoporosis,
especialmente tras la menopausia.
Esto es debido a la reducción del número de estrógenos (hormonas femeninas que
intervienen en la formación de masa ósea) en esta etapa, que favorece una
disminución en el remodelado del hueso. Existe más probabilidad de padecer
osteoporosis si la menopausia se produce antes de los 40 años (menopausia
precoz), debido por ejemplo a la extirpación quirúrgica de ambos ovarios, o
cuando falta la menstruación (llamado amenorrea)
en deportistas, o en casos de anorexia nerviosa por pérdida importante de peso.
Además, las mujeres tienen una mayor esperanza de vida que los hombres y, en
general, su cantidad de masa ósea es menor (especialmente en mujeres
excesivamente delgadas).
- Algunas patologías: hay enfermedades
que pueden desencadenar osteoporosis, como el hipertiroidismo o el Síndrome de Cushing.
- Inmovilización
prolongada: ya
sea por enfermedad o por un estilo de vida sedentario. El ejercicio es uno
de los estímulos para la formación del hueso.
- Algunos
medicamentos: por
ejemplo el uso prolongado de esteroides, corticoides, antiepilépticos o
fármacos para el tiroides.
- El exceso de tabaco, alcohol o café.
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